sábado, 31 de enero de 2009

Pies de fotos


La casa está situada en la ladera de una de las muchas sierritas que van, más o menos, desde San Mamede, en Portugal, hasta la sierra Grande de Hornachos en el centro este de la provincia de Badajoz. Son tierras muy antiguas, de granitos y pizarras, y debieron tener una importante población relativa hace unos cinco mil años. En muchas de ellas hay restos de algo que se ha llamado pintura esquemática, pero que tiene toda la pinta de ser más bien escritura ideográfica. Tierras, luego, de Tartessos. En fin.

Pie de la primera foto, la de la portada del blog.
La foto es un poco antigua. La casa, en la foto en el rincón inferior izquierdo, ya está un poco más avanzada, aunque todavía sin pintar por fuera. Esperando el buen tiempo. Me gustaría pintarla de color terracota y de azul diosa, los zocalos y los marcos. La foto mira al oeste y todo lo que se ve en ella es el valle de los tres arroyos, que vienen a confluir más o menos donde se ve, o se adivina, un puente. Desde su confluencia, el riachuello corre, es un decir, hacia la izquierda de la foto, atraviesa, rompiendo, una sierra y va desembocar kilómetros adelante, en el Gévora, pasando entre otros lugares por los restos de un puentecillo romano. En verano no corre y casi se seca, quedan algunas "pozas" grandes en las que uno podría bañarse si no fuera agua estancada y con restos probables de purines. En invierno corre más y, a veces, incluso se desborda un poco, pasando por encima de los tres badenes. Otro día pondré más fotos.
Desde el puente, siguiendo con la vista el camino y subiendo hacia el monte, pueden adivinarse, no creo que verse, las ruinas del castillo de Mayorga... y, al fondo, la sierra de San Mamede, en tierras portuguesas. Me encanta esta ubicación, un poco en alto, con un amplio horizonte en el que hay también un arroyo y, a lo lejos, las montañas. Los pinos que se ven a la izquierda son el piedemonte de una sierrita que recibe el curioso nombre de Monte Blanco, no sé porqué. Una de las sierras que se ven a la izquierda es la Sierra de la Calera. Aproveché ese nombre para bautizar el campito, porque se parecía a Cala, el colectivo al que pertenezco y con el que me siento muy unido.

La segunda fotografía, justo la que inicia este texto, estaría a la derecha de la anterior, en dirección noroeste. Las sierras lejanas que se ven al fondo están en la frontera entre Portugal y España, entrando por Valencia de Alcántara. En una de las situadas más a la izquierda de la foto está Marvâo, que es un precioso pueblo portugués, muy cuidado. Por la noche, ahora mismo si me asomara, puedo ver las luces que iluminan su castillo.



Esta foto está en la dirección contraria, desde la casa hacia el este, hacia Alburquerque. Esos alcornoques que se ven cercanos son los mismos que ocupan toda la segunda foto del blog, la que puse para la historia de las cigüeñas negras. Durante el invierno este monte impide que le dé el sol a la casa hasta las nueve y media o las diez. A veces, lo agradezco. Conforme avancen los meses, el sol irá saliendo más hacia la izquierda y me despertará temprano -no puedo dormir si hay mucha luz-. Cuando pase por la montaña ya estará suficientemente alto. No sé cuando será eso, porque vivo aquí sólo desde julio, pero supongo que por la primavera. (No viene a cuento, pero ya hay flores en los tres almendros de la parcela. Desde finales de enero!) Más arriba, en la sierra, se ve otra mancha de alcornoques. Me da vergüenza confesar que aún no he subido ahí... y eso que tiene aspecto de ser un sitio especial, seguramente con preciosas puestas de sol. No tardaré.

miércoles, 28 de enero de 2009

La estratagema de las cigüeñas negras


En los alrededores de La Calera hay, al menos, una pareja de cigüeñas negras. Como sabéis estos tiernos animalitos abandonan cualquier lugar que esté contaminado o que tenga una presencia importante de humanos, esos crueles animalitos. Así que la presencia de cigüeñas negras en mi entorno me llena de orgullo y satisfacción. Vivo donde las cigüeñas negras. ¡Casi nada!
Pero después de esta primera reacción esponjosa... me surgieron un montón de dudas y sus consiguientes pesares. ¡Si las cigüeñas negras siguen así están condenadas a la extinción! Van a quedar muy pocos o ningún lugar donde no llegue la presencia abrumadora de la especie humana, esos crueles animalitos. Si siguen retirándose, ellas mismas se condenan a desaparecer...
En éstas estaba yo cuando tras uno de estos fuertes aguaceros que nos ha regalado el mes de enero (no me tengáis en cuenta el pareado) observé asombrado como una cigüeña blanca, a lo lejos, iba perdiendo imperceptiblemente su color. Echó a volar tranquilamente cuando yo me acercaba, pero, lo digo en serio, me pareció, en el cielo, ¡que era casi negra! No podía estar seguro, porque, como sabéis, la vista engaña, pero, al llegar al sitio donde había estado, justo en el prado que hay entre los dos primeros arroyos, ese sitio tan bonito donde algunas veces nos hemos reunido, vi una mancha blanca, como de cal, que se iba deshaciendo con el agua. No había lugar a dudas ¡había visto una cigüeña negra disfrazada de blanca!
Habrá racismo entre las cigüeñas, rezongaba para mis adentros. Y cuántas serán las cigüeñas negras blanqueadas... y para qué... y así sucesivamente.
Ahora viene la parte más increible. Pero la tengo que contar. Aunque para ello tenga que hacer público que oigo voces. Como lo oís. La gente mal pensada, que también hay en mi círculo, dice que desde que me estoy quedando sordo. No sé que pensar, porque la verdad es que no las oigo con claridad, sino mezcladas, entretejidas, con mucho viento, deshilachadas... pero lo que pude distinguir es esto.
No vamos a seguir siempre huyendo...ya está bien... cuando se quieran dar cuenta... que se creen... vamos a estar por todas partes... estamos indignadas... nos vamos a multiplicar... a organizar... (al final, como un trueno) esto sí que va a ser una revolución...
Ese día dormí estupendamente. Y, ahora, cada mañana me levanto con nuevos ánimos... y con una enorme e insensata sonrisa.
Sé que es difícil de creer, pero...

lunes, 26 de enero de 2009

Por qué, a pesar de todo, no me apunto a Izquierda Anticapitalista

Aquí va mi explicación, parodiando al del bolero de Machín que necesitaba explicar porqué quería a dos personas a la vez (como si eso requiriera explicación y no lo contrario). En fin, que divago, al grano.
La lista de apoyo a Izquierda Anticapitalista (que puede encontrarse en su web, la de Espacio Alternativo) es sumamente atractiva y no se limita a las personas que estaban en el Espacio, sino que va mucho más allá: José Luis Sampedro, Vidal Beneyto, Fernández Buey, Ramón Fernández Durán, Ladislao Martínez, Carlos Taibo, Jeromo, Muguruza... por citar algunas que quizás conozcáis. Se nota que me entran ganas ¿eh?
No me parece una decisión fácil, ni sé hasta que punto puede ser definitiva... pero ésta es mi argumentación.
Me echa para atrás una iniciativa que surge al calor inmediato de una convocatoria electoral, la de las elecciones europeas y con el objetivo de hacer una lista para las mismas.
Después de muchas meteduras de pata, reflexiones, remeteduras de pata y rereflexiones... creo que en determinadas ocasiones se puede participar en procesos electorales... pero tiene que estar muy bien justificado. Debería, pienso, ser una pieza más de un proceso de lucha, de movilización, de autoorganización... y este proceso ser un proceso horizontal, participativo, autogestionado... Supongo que en el ámbito local una candidatura que expresara un movimiento así, en un momento determinado... sería aceptable para mí. Con las dificultades que tiene opinar sobre un proceso no vivido personalmente, yo diría que la candidatura de Refinería No sería de este tipo.
Dada la peligrosidad de la cosa electoral, de la participación institucional, me parece sumamente necesaria la toma de precauciones, para evitar que se convierta en una especie de cáncer (algo extraño que se extiende sin control y que termina por ocupar y matar al huesped), que es su tendencia natural.
Y, creo, la precaución más importante es la existencia previa de un movimiento organizado horizontal y participativamente que se relacione "dialécticamente" (perdón) con su expresión electoral, que pueda interactuar autónomamente con ella, que pueda revocarla, marcar las líneas de actuación, criticarla...
La iniciativa de Izquierda Anticapitalista no cumple estas condiciones. Es, de alguna manera, poner el carro delante de los bueyes, creo que es así como se dice. No es que no exista el movimiento anticapitalista... por supuesto que existe y, tal vez, más extenso de lo que puede visibilizarse. Pero no está organizado (horizontal y participativamente).
No hay un proceso de lucha o movilización de la izquierda anticapitalista europea que haya llegado a un punto de desarrollo en el que la presentación de una candidatura al parlamento europeo pueda tener justificación.
No es una candidatura local, sino europea... en la que cualquier posibilidad de relación "dialéctica" entre el movimiento organizado y su expresión institucional es nula o muy escasa, incluso en el hipotético caso de que aquél estuviera organizado.
Tal como yo lo veo es como si el cambio, la transformación de la forma de hacer política se quedara a medio camino y como si este medio camino no fuera una plataforma para andar el otro medio, sino una rémora, un peso muerto... no sólo en nuestras prácticas, sino en nuestras mentes y en nuestros "corazones".
Puede que haya que presentarse a elecciones, pero esa no puede ser la regla general, si no se dan las condiciones que hagan posible la subordinación de lo institucional, la minimización de los riesgos que han demostrado ser muy poderosos: "cambiar el mundo sin tomar el poder".
En mi opinión, necesitamos ahora, en este preciso momento histórico, romper más claramente con los modos institucionales de hacer política y ensayar nuevas opciones más creativas: movimiento organizado, empoderamiento, lucha noviolenta, predominio de lo local, hacer grupos reales como base de los movimientos, combatir la jerarquización, construir ya lo alternativo (antipatriarcal, anticonsumista...) en lo próximo y cotidiano... y no cerrarse a experimentar listas electorales de otro tipo y con otros planteamientos cuando realmente sean necesarias.
Prometo no decir nada de "politiquilla" en las tres próximas entradas. De verdad.

jueves, 22 de enero de 2009

Sectarismo

Hace un montón de años, cuando yo estudiaba 4º de Historia, mataron a un estudiante madrileño y luego lo tiraron por una ventana. Se llamaba Enrique Ruano. Recuerdo haber sentido una rabia enorme y una gran pena.
Pero no es de esto de lo que quería escribir.
Se le ha organizado un homenaje, o algo así, y han estado presentes Manolo Garí y Jaime Pastor, que han tenido unas intervenciones, a mi juicio, claras, combativas, sin concesiones, llenas de emoción y de sentido.
Pero tampoco es de esto de lo que quería escribiros.
Al homenaje han acudido prohombres del Psoe, entre ellos el ínclito Rubalcaba. Y en los comentarios (todo esto lo he leído en Kaosenlared) he visto tanto sectarismo, tanto deseo de hacer daño, de humillar, de hundir... que casi me han entrado ganas de apuntarme a Izquierda Anticapitalista (el nuevo movimiento promovido por Manolo y Jaime, entre otras muchas personas).
De esto es de lo quería escribiros, queridxs míxs.
El sectarismo siempre me sorprende. ¿Cómo se puede descalificar tanto y tan gravemente a unas personas sólo por el hecho de que al acto al que van (y van porque eran amigos de Enrique Ruano) vayan también personas que ya no están donde estaban, sino enfrente? ¿No habría, en todo caso, que descalificar o, mejor, criticar, a esas personas que tienen el atrevimiento de acudir a cosas en las que ya no creen? ¿Cómo es posible, y esto me parece todavía más grave, que esas actitudes sean "premiadas" en las organizaciones, especialmente en las políticas, en lugar de denunciadas y combatidas? ¿Seguimos siendo tan primarios, tan irracionales, tan torpes o... tan deshonestos que sólo sabemos valorar en función de si es de lxs míxs o de lxs contrarixs?
El trabajo para facilitar que las cosas y las personas puedan verse más complejamente, para que no seamos tan proclives a juzgar y condenar, tan dados a "hacer rayas" tajantes que separen lo bueno de los malo, lo blanco de lo negro... me sigue pareciendo una tarea no sólo imprescindible sino de las más serias que pueden abordarse.
¡Ah! Y no pienso apuntarme a Izquierda Anticapitalista, aunque en su lista de apoyo figuren algunas de las personas que más admiro y, en algunos casos, estimo dentro del confuso panorama de la izquierda alternativa española. Pero eso puede dar para otra entrada... ésta ya es bastante larga.

domingo, 18 de enero de 2009

¿No nos mires, únete?

Tal vez debería escribir sobre la manifestación de Cáceres y no centrarme en algunos lemas que no me gustan... pero es lo que me ha salido.
¿Porqué no me gusta ese "no nos mires, unete" que suele ser de los más coreados? Porque no sé lo que se pretende. ¿Se pretende que la gente se sume a la manifestación? No me parece un procedimiento eficaz. No creo que me uniera a un grupo que me dijera esto, no creo que me entraran ganas. Me parece que sentiría que me estaban hablando desde una supuesta superioridad: nosotras somos las valiosas, porque vamos en la mani... tú eres menos valiosa porque estás ahí mirándonos sin hacer nada. No sé, no me gustaría que nos atribuyéramos ninguna superioridad, porque, además, eso es muy difícil de certificar y, sobre todo, porque no es una buena forma de apoyar el proceso de la mayoría, suponiendo que sea eso lo que queremos. No se trata de dar lecciones, ni de generar culpabilidad... no somos salvadores. Invitar a la gente a que se sume, si quiere... dar información de porqué estamos allí y qué pretendemos... mostrar respeto... situarse en un plano de igualdad... Eso me parece que puede apoyar el cambio más que lo contrario. Así que yo gritaría algo así como: "aquí estamos intentando cambiar las cosas, si quieres unirte nos alegraremos mucho". Claro que esto habría que decirlo más corto y con rima, pero no estoy muy poético. Si se me ocurre algo ya os lo diré.
En general me parece que habría que dedicar mucho más tiempo a preparar y acordar qué se va a gritar... y, por supuesto, me parece que no habría que limitarse a gritar, sino intentar contar con música, tambores, percusión, gente disfrazada, zancos... e intercalar acciones, representaciones e incluso juegos simbólicos. Pienso que habría que cuidar más las manifestaciones públicas para que fueran realmente alternativas. Y no debería, es un decir, haber una manifestación (o concentración) sin que se entregue a los espectadores algo que les permita saber con claridad porqué hacemos aquello... y que sea legible, atractivo y claro.
Tampoco veo muy claro lo del comunicado final largo y en el habitual estilo plúmbeo y sesudo. Y eso que Gloria y Fátima lo leyeron muy bien. Me gustaría más que se hiciera algo o que se cantara una canción o que, si hay que leer, sea muy breve y más emotivo que intelectual.
Aún una cosa más: no deberíamos confundir a todas las personas judías o israelitas con los sionistas. Se puede acusar de genocidio al estado de Israel, pero no a tod@s l@s israelitas.
Creo, a pesar de lo anterior, que las cosas que se gritaron fueron, en general, claras y coherentes... que no hubo ninguno de los tradicionales insultos (generalmente machistas) y que hubo una muy amplia participación en los mismos. O sea, mereció la pena el viaje.

viernes, 2 de enero de 2009

Días para quedarse en la cama

Hoy ha sido uno de esos días en los que, visto lo visto, uno piensa que hubiera sido mejor no levantarse, darse por enfermo y, declarándose en cuarentena, dedicarse a la lectura, al brasero/camilla y a pensar en las musarañas.
Me levanté temprano, para llevarle la autocaravana a Ricardo. La batería se había ido agotando (no la había desconectado la última vez) e intenté arrancarla con las pinzas. Estaba todavía oscuro y confundí una tuerca o algo así (de esto me di cuenta luego), con el signo más del polo positivo, pegó varios tremendos chispazos y los cables empezaron a echar humo. Lo dejé y llamé comunicando la mala noticia. Cambiamos los planes: intentaría arrancar más tarde y Gloria vendría a por ella.
Me fuí a Badajoz, a cambiar un tubo de la chimenea que había resultado más grande (significativamente) que los otros... que no encajaba bien, vaya. Cuando llegué, el vendedor tenía una intensa conversación con un cliente amigo al que habían, de alguna manera, estafado gravemente en lo laboral. Esperé pacientemente a que se desahogara (10 o 15 minutos, sin exagerar).
Fuí a consultar al taller sobre el episodio de las pinzas, me dijeron que tal vez me habría cargado el alternador y que si había invertido la masa, o algo así, podría salir ardiendo. La grua no podía venir, porque ha estado lloviendo todos estos días y podía quedarse atascada en el camino o dentro de la parcela. Además, la caravana estaba mirando al sur y hubiera sido difícil para la grua maniobrar para engancharla y ponerla mirando hacia la salida.
Volví al campo, donde Paco ya había llegado a terminar de colocar la chimenea. Fue entonces cuando me di cuenta de lo que había hecho, cambiar los polos. Llamé de nuevo al taller, para reconocer mi error (que la vez anterior no había identificado... estaba absolutamente convencido de que había conectado el positivo con el positivo y el negativo con el negativo). Me dijo que intentara arrancarla, que me prestaban unas pinzas buenas. Fui por ellas, vine, arranqué a la primera y todo parecía ir sobre ruedas... una vez más la suerte me había sonreído y las cosas se arreglaban solas. La luz de la batería que se había quedado medio encendida, incluso después de sacar la llave de contacto, se apagó y parecía que el alternador cargaba. A pesar de todo, me acerqué al taller para que comprobaran que no había daño. No estaba el mecánico, hablé con él por teléfono y, como todo parecía ir bien, me "dió permiso" para continuar.
Había quedado con Gloria, a la que ya había dado la feliz noticia... ya podían irse a ver la lluvia en las playas de Portugal. Subimos hacia su casa, en Villa Adentro, al lado mismo del castillo... y me cogió un atasco en la calle principal de Alburquerque (que no tiene ni seis mil habitantes), de unos veinte minutos... tuvo que intervenir incluso la guardiacivil. Allí esperando pacientemente, sin poder parar el motor, porque no hubiera podido arrancar de nuevo, gastando el gasoil que no tenía... Total, que, un poco después, ya junto a la casa de Gloria, se me acabó el combustible y pude aparcar apenas. El sistema eléctrico se había quedado a cero, no había la menor señal al darle a la llave y no funcionaba ningún indicador.
Nos acercamos a la gasolinera a por algo de combustible, se lo echamos, me arriesgué a intentar arrancar cuesta abajo... pero... nada de nada, cero, ni ruido, ni un pequeño estornudo.
Cuando íbamos para el taller a avisar de que había dejado la autocaravana medio aparcada en Villa Adentro llamó Paco para decirme que, como me había dejado la cancela abierta, las vacas se había entrado y no querían salirse, que lo había intentado.
Cuando Gloria y yo llegamos al campo mis ansias de golpear vacas estaban muy altas. Cogí un buen palo, y Gloria el suyo, pero las vacas debieron darse cuenta de que estaba de mal humor porque corrían que se las pelaban. No pude ni rozarlas.
Ahora voy a hacer lo que debí haber hecho esta mañana: camilla/brasero, buena lectura y buena música de fondo... mientras contemplo los cielos grises y cómo llueve tan mansamente. Mañana será otro día.