miércoles, 8 de abril de 2009

MOSTRAR QUE SOMOS FELICES

Esto es como una pausa, con respecto a la anterior entrada. Tengo algunas cosas urgentes que hacer y no quiero estar más tiempo sin una nueva entrada. Habréis observado que he cambiado la foto inicial (y el formato... porque con el anterior quedaba mal). Jose se ha venido varias veces andando desde Alburquerque por lo alto de la sierra. Esta vez ha hecho algunas fotos.Una de ellas es la que sirve ahora de portada. Desde el extremo oeste de la sierra del Castañar. Justo la piedra que se ve a la izquierda está también en una de las fotos que publiqué al principio: desde la casa hacia el este. Aquí se ve, además, la casa tal como está ahora. Se distinguen los paneles solares, la superautocaravana, las vaquitas, la sierra de San Mamede, a la izquierda y las sierrillas de Valencia de Alcántara y Marvao más a la derecha.



Esta de aquí arriba la hizo Jose mirando hacia el sur, hacia lo que se llama los Picorros. Se ve también el cortijo de Pasalodos, que es un gran cortijo. Cuando llegamos todavía estaba regularmente conservado, ahora está en ruinas.
_______________________________________________________________________________________________________________


Mostrar que somos felices. Que otro modo de vida, de consumo moderado, trabajo moderado, tiempo libre, ocio creativo, relaciones humanas cooperativas y tiernas, contacto, respeto e identificación con el entorno natural y cultural... permite una vida más satisfactoria... realmente, no teóricamente. Con todas nuestras contradicciones y desde la horizontalidad, desde dentro.Ni desde la autocomplacencia, ni desde arriba, ni desde fuera.

Si la esperanza es el principal factor de movilización, y estoy muy convencido de ello, de lo que se trata es de generar esperanza, de construir referentes visibles y accesibles esperanzadores. La percepción continuada y estable de esos referentes cercanos y tangibles de los efectos emotivoafectivos de otro modo de vida es, tal vez, uno de los antídotos fundamentales contra la sumisión colectiva, que nace de la desesperanza, que nace de la impotencia...

Es de la dialéctica entre esas esperanzas (alimentadas, visibilizadas, sensibles, cercanas, tangibles...) y las acciones (y, por tanto, las estructuras) que subordinan, que niegan, que discriminan, que aplastan, que restan, que bloquean, que impiden, que depredan, que mienten, que engañan... de donde puede salir la lucha, la desobediencia, la confrontación.

Y, al mismo tiempo, mostrar que se puede luchar, desobedecer y confrontar... de otra manera... firme, seria, creativa, paciente, fuerte, coherente, colectiva, abierta... insumisa.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Viva la felicidad subversiva!!! Estoy totalmente de acuerdo con lo que has escrito. Besos

Clara dijo...

mu bien! yo tambien estoy de acuerdo con la felicidad subversiva! estar feliz y vivirse feliz, es lo mejor que podemos hacer con nuestra estima (personal y de grupo)
gracias ric, ES UN PLACER LEERTE!